...Y Sin Embargo Te Quiero
Creí que no volvería a amar
cuando mi corazón herido de muerte
sentía aún el fuego caliente.
y con tristeza se desvanecía su palpitar.
No podía admitirlo, más no lo podía negar.
Notaba en mis entrañas que el dolor me consumía
y sin saber bien por qué, afronté mi cobardía
dejando al capricho del azar mi decisión de olvidar.
Con el tiempo cicatrizan las heridas más profundas.
Pero…
¿Quién se atreverá a negar que una cicatriz es una huella
que recuerda lo que se quiere olvidar?
Olvidando su recuerdo, recordando su olvido
pasan lentas las horas con este dolor ceñido.
Ya curtidos sentimientos sin querer nacen en mí
cuando siento que no vivo, que la vida es el morir.

Comentarios
Publicar un comentario
Aquí no se censura el pensamiento. Comenta con libertad.